Comentarios a “Socialismo traicionado” de Roger Keeran y Thomas Kenny.

Por Carlos M. García  Valdés.
Aclaración.
En la revista Cuba Socialista No 3, septiembre-diciembre 2016, se publicó este breve artículo en forma de comentarios a Socialismo Traicionado, que ya había salido a la luz en Cuba en 2013 aunque su factura data de 9 años antes. Es un libro sobre problemas que no tenemos en Cuba, que en gran medida provocaron el derrumbe del socialismo en la URSS, que arrastró después a los países socialistas de Europa del Este.  Pero trata también  cuestiones que si tenemos y pudieran devenir  en aquellos problemas. Pensando en la frescura de aquellas ideas retenidas en un volumen de más de 300 páginas decidimos entregar los comentarios al libro a la mencionada revista. Recientemente en la Sesión Ordinaria de la Asamblea Nacional se abordó el tema de los fenómenos negativos asociados al desempeño del sector privado reconocido por el PCC y por el Estado. Esa es la principal razón para publicar en “CubaEconomía” de manera íntegra aquella entrega. Con la excepción de esta aclaración no cambié ni una coma.

Primer encuentro.
Conocí “Socialism Betrayed” en 2008 por una entrevista de AVANTI, órgano del Partido Comunista de Portugal, a sus autores los norteamericanos  Roger Keeran y Thomas Kenny. Comenzaba a la sazón el proceso de actualización del modelo económico y social cubano y escribía un libro  para la docencia  sobre la economía cubana de pretensión docente.

Me impresionó tanto la síntesis del contenido de “Socialismo traicionado: tras el colapso de la  Unión Soviética 1917-1991” que  copié en el libro, posteriormente publicado, la siguiente cita:
“La propiedad social de los medios de producción en la URSS posibilitó los más rápidos ritmos de crecimiento industrial jamás registrados en cualquier época de la historia… nunca consideramos que la propiedad estatal, la centralización y la planificación pudieran haber causado el colapso…”
Esa y otras ideas contrarias a la concepción fatalista burguesa de la inviabilidad del socialismo y que en gran medida legitimaban los cambios emprendidos para perfeccionar la construcción del socialismo en Cuba, me parecieron paradigmáticas. Después buscando en internet encontré algunos comentarios que expresaban la  reacción furibunda de los más reacios enemigos del marxismo y del socialismo, lo que confirmó la percepción de que, aún sin conocer el libro, los académicos norteamericanos tenían una elevada cuota de razón.

Como muchos otros cubanos pude leer el  texto completo cuando fue publicado en 2013 por la editorial de Ciencias Sociales con un prólogo de Ramón Labañino, héroe de la República de Cuba. Desde entonces no dejo de utilizarlo en las clases de economía política en particular cuando se analizan los temas de la propiedad, de la planificación y el mercado, categorías claves de la Conceptualización y de la actualización del modelo económico cubano. No obstante nunca se me ocurrió que debería  hacer un comentario para tan prestigiosa revista.
Los autores.

Roger Keeran(1944) es historiador y profesor universitario estadounidense que enseñó sucesivamente en Cornell, Princeton, Rutgers y la Universidad del Estado de Nueva York, especialista de los estudios de la política laboral, publicó, en 1980, el Partido Comunista y los sindicatos de la industria automovilística. Actualmente es profesor emérito de la Empire State College en SUNY después de retirarse en 2013, fecha en que se publica su libro en Cuba.
Thomas Kenny es economista especializado en economía del trabajo, estrechamente vinculado al movimiento sindical de los Estados Unidos.

“Socialismo traicionado” fue publicado por primera vez en 2004 y traducido a varios idiomas, resultado de un arduo trabajo de investigación de más de 4 años.
La principal idea defendida.

Para los autores la tarea principal de la investigación y su exposición era estrecha:” determinar las causas del derrumbe de la Unión Soviética”
Partieron de una idea que  atraviesa  transversalmente las 339 páginas del libro: el socialismo es viable, no es un accidente de la historia, no está condenado por ser portador de un “defecto genético”  y pese a todas las deficiencias podía salvarse porque era superior en todos los órdenes al sistema capitalista.

Exponen ideas de académicos y políticos que reflejan esta convicción:
“El problema no fue la debilidad del Estado como tal, sino la debilidad del estado mental de aquellos que dirigían el Estado”
“El socialismo no murió por causas naturales, fue un suicidio”.
La primera cita es de Jerry Hough de Brookings Institution(1997), la segunda de Fidel Castro(1992).

Es un concepto que defienden armados del enfoque histórico lógico que le permite rastrear  lo que consideran las verdaderas causas del colapso de una superpotencia que asombró a la humanidad por sus logros en todos los frentes desde el económico hasta el militar.
La tesis central del libro.

Los autores declaran que los problemas económicos, la guerra desde el exterior en particular desde los Estados Unidos, y el estancamiento político e ideológico representaron un desafío para la URSS a comienzo de los ochentas, pero cada uno por separado o incluso todos en conjunto no fueron la causa del colapso.  A lo largo del libro argumentan esta tesis  que resumen en las últimas partes, en particular en el epílogo. 

Para ellos la causa del colapso soviético “fue provocada por las reformas políticas específicas implementadas por Gorbachov y sus acólitos”  abandonando las medidas reformistas comenzadas por Andropov y asumiendo políticas que reproducían  de manera extremista las políticas de Bujarin en los años 20 y las de  Jrushov de 1953 a 1964. Consideran que la base socioeconómica que permitió el viraje de Gorbachov fue el crecimiento de la segunda economía.
De esta manera aunque el último secretario general del PCUS es responsabilizado directamente por Keeran y Kenny del  trágico final de la Unión Soviética, lo hacen desde una visión histórica, política, ideológica y económica. Afirman que  los análisis que exageran el desempeño de Gorbachov “oscurecen el hecho de que no se trataba de un ente aislado, sino de que actuaba dentro de un contexto histórico y social…era tanto un legado de una tradición como el producto de su tiempo y no un solitario factor aislado haciendo historia”.

Dos tendencias opuestas en el seno del PCUS.
Por eso le dedican el primer capítulo al análisis de las “Dos tendencias de la política soviética” una de ellas encabezada por Bujarin y la otra por Stalin. Para ellos Bujarin es el ideólogo y fundador de la corriente que privilegiaba al mercado y a la propiedad privada sobre la planificación y la propiedad socialista de todo el pueblo o estatal. En tanto que Stalin es más consecuente con la política de Lenin y a diferencia de Bujarin que “veía la concesión de la NEP hacia los campesinos, el mercado y el capitalismo como una política a largo plazo”,  la  consideraba  como un expediente temporal y de corta duración que la revolución tenía que quitarse de encima tan pronto como fuera posible.

Son del criterio que detrás de las diferencias políticas entre Bujarin y Stalin estaba la visión de cada cual sobre la lucha de clases pues para el primero está terminaría con el establecimiento de la dictadura del proletariado y el segundo afirmaba que la lucha de clases se intensificaría con el desarrollo del socialismo.

Así, con un enfoque parcializado hacia Stalin los autores identifican al primer gran culpable teórico e ideológico del derrumbe: Bujarin, después incorporan a Nikita Jrushov, para cerrar algo así como el eje del mal con Gorbachov.  Es importante aclarar que otros autores, en particular cubanos, analizan la historia de la construcción del socialismo en la Unión Soviética desde otras perspectivas más desprejuiciadas y en consecuencias más equilibradas.
La segunda economía.

La lucha ideológica entre dos concepciones diferentes de cómo construir el socialismo y el predominio dentro de ellas de la corriente de socialismo de mercado devenida en proyecto capitalista es la principal columna teórica de “Socialismo Traicionado” pero paralelo a ella sus autores levantan otra, la  denominada-no solo por ellos- “segunda economía”.
Apoyados en varias definiciones conceptúan la “segunda economía” como la integración de la economía privada legalizada con toda la actividad económica ilícita que va desde el robo y desvíos de recursos del sector estatal a privados hasta comportamientos criminales  asociados  a la mafia. La consideran la base económica de las ideas burguesas dentro del socialismo.
La juzgan como  la gran responsable a nivel de las relaciones económicas objetivas del derrumbe del socialismo al estar  acoplada  directamente con las tendencias liberales, socialdemócratas  y capitalistas en la Unión Soviética y dentro del Partido.

Admiten que hay diferencias dentro de los componentes sociales y económicos de la segunda economía. Aducen que “Incluir las actividades legales y las ilegales dentro de la definición de Segunda Economía no implica, desde luego, que tengan el mismo grado de peligrosidad.(…)Si se mantiene bajo control, la actividad privada ocupa un lugar apropiado  y no constituye una amenaza”.  

Es un planteamiento de singular importancia para nuestro país que intenta actualizar su modelo económico y social centrado en la propiedad socialista de todo el pueblo a la vez que admite la pequeña y mediana propiedad privada. Los autores en un artículo de 2015 reconocen que hay más diferencias que coincidencias entre las reformas de Gorbachov y la Actualización,  entre ellas refieren los lineamientos y conceptos orientados a controlar la propiedad privada y el mercado.
Una tesis  de los autores de gran profundidad conceptual y política es la siguiente :”El crecimiento de la segunda economía era un reflejo de los problemas de la primera economía, es decir, del sector socializado para satisfacer las necesidades crecientes de la población”  Los Lineamientos, la Conceptualización y el Plan de desarrollo hasta el 2030 contienen en sus propuestas y decisiones la respuesta a ese gran problema señalado.

Espero que los lectores de Cuba socialista compartan mi convicción de la importancia teórica e ideológica de este libro. Estaríamos de acuerdo con Ramón Labañino en que “ Socialism betrayed nos ayuda a estar alerta y vigilantes para evitar errores y debilidades que pudieran llevarnos al fracaso”

Hasta aquí el Comentario publicado en la revista Cuba Socialista.
Por la importancia del tema que en buena medida hemos tratado en posts anteriores pensamos comentar más adelante el mencionado artículo de Keeran y Kenny “¿Vuelve Cuba al capitalismo?”.
18 de julio de 2017.













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